El Señor de los Anillos

El Señor de los Anillos

Con esta entrada, inauguro una nueva sección del blog denominada ‘Biblioteca’. En ella, poco a poco iré mostrando mis libros, haciendo breves reseñas y comentarios sobre todos los volúmenes que he leído y que, como no podía ser de otro modo, dan forma a mi extensa biblioteca.

Y qué mejor manera de comenzar esta sección que hacerlo con todo un clásico, ‘El Señor de los Anillos’, posiblemente la obra que más me influyó a la hora de amar un género literario como es el de la fantasía.

Tal y como puede apreciarse en la imagen, no tengo una, ni dos, sino tres ediciones diferentes de ‘El Señor de los Anillos’. La primera de ellas, la de bolsillo de Minotauro, la compré hace unos 20 años. Aún conserva su precio de venta, ya que el librero lo escribió a lápiz en la primera página y además está en pesetas. Concretamente, ‘La Comunidad del Anillo’ me costó 1.400 pesetas, mientras que por los otros dos volúmenes pagué 1.359 pesetas por cada uno de ellos.

Ésta fue la primera edición que leí de ‘El Señor de los Anillos’, la que me cautivó tanto que con el tiempo me llevó a escribir fantasía.

Por su parte, la segunda edición (también de Minotauro) es la que reúne la obra completa en un solo libro más que voluminoso, ilustrado todo ello por Alan Lee. Sin duda, se trata de una auténtica joya, que además fue un regalo, por lo que la guardo como si del auténtico tesoro de los trolls se tratara.

Por último, la tercera de las ediciones (en esta ocasión de Planeta de Agostini y Minotauro) consta de cuatro volúmenes, ya que ‘La Comunidad del Anillo’ se divide en dos, y forma parte de una amplia colección que se vendió en los quioscos y que recopilaba la obra completa de Tolkien. Tengo la suerte de poseer la colección entera y además la he leído en su totalidad. Recuerdo que en ella se cuentan ‘secretos’ sobre los primeros borradores de ‘El Señor de los Anillos’. A modo de ejemplo, cuando Bilbo se pone el anillo y desaparece en su fiesta de cumpleaños, lo que anuncia justo antes de hacer eso y despedirse de los hobbits es que se va a casar. Otro ejemplo sería el primer apodo con el que se conoce a Aragorn en el borrador inicial. Su sobrenombre en esa primera redacción era Trotter en lugar de Trancos, lo que no deja de ser llamativo. De ese modo era conocido por ejemplo en la aldea de Bree.

Así hay infinidad de curiosidades y cambios, ya que Tolkien era muy dado a revisar sus escritos y a hacer multitud de anotaciones y correcciones. Otro ejemplo sería que la primera vez que Gandalf aparece, se lo describe como alguien pequeño, idea que después descartó.

En resumen, éstas son las tres ediciones que poseo de ‘El Señor de los Anillos’ y siempre tengo deseos de hacerme con alguna más. Si algún día lo hago, a partir de ahora daré buena cuenta de ello en este blog, en concreto en esta sección llamada ‘Biblioteca’ que estreno con este post. Muy pronto os hablaré de otro de mis libros. ¿Os gustaría de algún género o autor en especial?

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