Esta semana voy a inaugurar otra nueva sección del blog, concretamente la denominada ‘Viajes’. En ella os iré hablando de las diferentes ‘expediciones’ en las que me he embarcado a lo largo de los años y que de un modo u otro han influido en mis libros.
Con ello pretendo haceros partícipes de primera mano de las experiencias que me ayudan a escribir y a dar forma a mis obras, ya que considero que los viajes son muy importantes para vivir nuevas ‘aventuras’ y conocer diferentes culturas que me enriquecen como escritor.
Es por esto que quiero comenzar con uno de los destinos más extraordinarios que he visitado. Estoy hablando de China y en concreto de su capital, Pekín. En este viaje viví infinidad de experiencias, relacionadas tanto con la cultura, como con la religión o la gastronomía. Me encantó visitar la Gran Muralla o pasear por los mercados en los que se vendían toda clase de insectos para comer (aunque debo reconocer que no tuve estómago para probarlos). Mención especial merece también el recorrido por los tradicionales ‘Hutongs’ o por la mítica Ciudad Imperial, así como la gran aventura que era adentrarse en las profundidades de un Metro plagado de gente como no lo he visto jamás.
Degustar el famoso y tradicional pato laqueado a la pekinesa también fue una gran experiencia, al igual que comprar y regatear hasta la saciedad en mercados tan típicos como el de la ‘Seda’.
Pero centrándonos en lo que a mis libros se refiere, es mucho lo que el viaje a Pekín ha influido en ellos. A modo de ejemplo, a aquellos que hayáis leído el librojuego ‘Héroes del Acero’ os sonará sin duda la Torre del Tambor, donde tiene lugar una de las escenas más épicas y emocionantes de todo el libro. Pues bien, para describir esa torre me inspiré en una que visité en los ‘Hutongs’ de Pekín y que tiene su mismo nombre (Torre del Tambor), una altísima estructura en cuya planta superior había numerosos tambores de gran tamaño, empleados durante siglos para dar diferentes avisos al pueblo.
Pero la influencia de este viaje no se queda ahí, ya que el hecho de visitar una ciudad tan fantástica como Pekín me ha permitido ambientar parte del argumento de ‘Expediente Anunnaki’ en esta inmensa urbe. Gracias a ello he podido describir a la perfección lugares como la popular zona de Wangfujing, donde se respira un ambiente único, muy difícil de transmitir si no se ha estado allí.
Estos dos serían ejemplos muy concretos de la influencia que China ha tenido en mis libros, pero son innumerables los matices que también se han visto afectados por esta cultura. Ya sea en la gastronomía, en los nombres, descripciones… Son decenas los pequeños detalles que aparecen aquí y allá en mis obras en los que se ven sutiles reflejos de China. Lo mismo ocurre con otros países maravillosos que he ido visitando, de los que poco a poco os iré hablando en nuevas entradas que escribiré para este blog.
Muy pronto continuará este literario recorrido por el mundo, pero deseo acabar este post diciendo que si tenéis la oportunidad de visitar China en algún momento, no lo dudéis ni un instante. ¡Os encantará!